En la explicación de las características que acompañan a tarimas flotantes y suelos laminados sintéticos suele hacerse referencia a una serie de códigos compuestos de letras y números de significado tan importante como confuso para quienes no somos especialistas en la materia.
AC1, AC3… son claves de la calidad de la superficie que queremos adquirir y que debemos, por tanto, entender.
La norma EN 13329
Debido a la enorme velocidad con que se ha desarrollado en los últimos años el sector de la tarima flotante y los suelos laminados sintéticos, han surgido tal diversidad de operadores y revestimientos de calidades tan heterogéneas que la difusión comercial de lo referente a sus características técnicas ha provocado una enorme confusión en el mercado.
Se hizo imprescindible una norma que homologará todas esas clasificaciones tan dispares de manera que, en el año 2000, consiguió establecerse una única norma de ámbito europeo: la EN 13329.
La norma EN 13329 se estructura en dos partes bien definidas que corresponden a las especificaciones y a una serie de anexos con los ensayos que determinan las calidades de los suelos.
Test de abrasión TABER
Las categorías de tarimas flotantes y suelos laminados sintéticos establecidas en la EN 13329 son el resultado de un test de abrasión en el que una máquina, también homologada, somete a una muestra del revestimiento a una serie de frotados con una rueda de papel de lija hasta que la apariencia original del dibujo decorativo se pierde.
La muestra gira sobre un eje a una velocidad determinada, de forma que las ruedas van rodando sobre la superficie de la muestra produciendo un círculo concéntrico al eje de la probeta. Este círculo es el que nos indica el índice de desgaste de la superficie sometida a ensayo. En revestimientos de suelos laminados, el criterio para valorar la resistencia se basa en el número de ciclos donde se manifiesta claramente la desaparición del diseño impreso en tres cuadrantes.
Clasificación de la tarima flotante y suelos laminados sintéticos
En base a los resultados obtenidos en el test anterior, se obtienen 6 calidades o clases de abrasión (AC) numeradas del 1 al 6 en relación al número de ciclos que han sido necesarios para que el revestimiento adquiriera el mismo aspecto de degradacion:
- AC1, con una resistencia a la abrasión mayor o igual a 900 ciclos.
- AC2, ídem mayor o igual a 1500 ciclos.
- AC3, ídem mayor o igual a 2000 ciclos.
- AC4, ídem mayor o igual a 4000 ciclos.
- AC5, ídem mayor o igual a 6000 ciclos.
- AC6, ídem mayor o igual a 8500 ciclos.
En las tablas de descripción de propiedades, suelen complementarse estas categorías con clasificaciones según otros criterios (uso comercial, espesor del revestimiento…).
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