Las jambas de las puertas interior son, después de la puerta misma, los elementos que más destaca y que, por su especial visibilidad, hemos de aprender también a cuidar y mantener en las condiciones adecuadas.
Así que, vamos a ello.
Qué son las jambas
En arquitectura, jamba es cada una de las dos piezas de un vano o hueco dispuestas a ambos lados del mismo de forma vertical sosteniendo el dintel en la parte superior.
De manera más precisa, aunque también más arcaica, se refiere al marco con molduras que corre alrededor de una puerta o ventana y que está compuesto de tres partes: dos largueros verticales (las jambas, propiamente dichas)) y uno horizontal o dintel. Están realizadas en mampostería, ladrillo o madera.
Con el uso y la vulgarización del idioma, el concepto se ha generalizado igualmente para definir las partes del marco o muro puertas interior que tapan el premarco de madera que está sujeto a la pared.
Se les suele denominar también tapajuntas.
Poner tapajuntas a las puertas interior
Con el paso del tiempo y a base de abrir y cerrar las puertas interior de nuestro hogar, se suelta alguna de las jambas de manera que, si no prestamos atención y volvemos a fijarla convenientemente, podría llegar a desprenderse correctamente.
O, sencillamente, está tan deteriorado todo el marco que lo que deseaos es sustituirlo por uno nuevo.
De una manera o de otra, hay que dejar la zona expedita y limpia con lo que, si la jamba aún no está suelta del todo, la terminamos de desprender.
Tras retirar tanto los clavos que hayan quedado en el premarco como los que hay en la jamba, eliminaremos de la zona también los trozos de yeso y el polvo que puedan haber quedado. A continuación, fijamos mediante un adhesivo de montaje de secado rápido y clavos de cabeza perdida (que se introducen totalmente en el interior de la jamba) o grapas.
Si hemos optado por reemplazarlas totalmente, habrá que tomar medidas y cortas antes de realizar todo lo ya expuesto.
Enmasillar tapajuntas
Para culminar nuestra obra con un toque diferencial de calidad, solamente nos queda disimular los agujeros de los clavos y, en su caso, las uniones entre piezas horizontales y verticales, mediante una cera, masilla o pegamento especial que imite al mismo tono e madera.
Para ello, amasamos el producto y lo aplicamos directamente en los puntos a disimular.
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